Alimentación y calidad de vida de las personas mayores ¿Cómo aportamos desde la ciencia a las políticas públicas?

Rommy Zúñiga Pardo (Universidad Tecnológica Metropolitana) e Iván Palomo González (Universidad de Talca). Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES), Universidades Estatales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento como “un proceso fisiológico gradual e irreversible que implica cambios en los tejidos y funciones corporales a lo largo del tiempo”. El envejecimiento es un proceso que se prolonga durante toda la vida de cualquier ser vivo, y tiene lugar en una célula, un órgano o el organismo total con el paso del tiempo. Estos cambios provocan limitaciones en la adaptabilidad del ser humano en relación con su entorno. Así, la población que envejece necesita cada vez más una atención especial para mantener o mejorar su calidad de vida.

La población mundial está envejeciendo a un ritmo mucho más rápido que en el pasado. Las personas mayores representan el segmento de la población de más rápido crecimiento a nivel mundial. La OMS ha planteado que al año 2050 la proporción de la población mundial de más de 60 años podría llegar al 25-30%. Chile no es una excepción y está viviendo un proceso de envejecimiento acelerado. Se espera que los chilenos mayores de 60 años pasen del actual 16% de la población al 33% en 2050, mientras que los mayores de 80 años alcancen el 10%. Lo anterior se explica por cambios sanitarios, culturales, sociales, políticos y económicos, los cuales han repercutido en la reducción de las tasas de natalidad y fecundidad, y han propiciado una mayor esperanza de vida en la población.

Tal perspectiva parece positiva, ya que se espera que muchas personas vivan más tiempo. Sin embargo, el desafío es mantener la vitalidad y buena calidad de vida durante el mayor tiempo posible, al mismo tiempo que reducir la morbilidad y los años de incapacidad. Por esto, el impulso de políticas públicas dedicadas a abordar los problemas relacionados con el envejecimiento es una prioridad para la comunidad internacional. Es sabido que el envejecimiento poblacional repercute sobre la economía de los países; las personas mayores tienen más necesidades de salud y atención a largo plazo que las personas más jóvenes, lo que lleva a un mayor gasto para el Estado. Todo lo anterior indica que es responsabilidad de las diferentes instituciones (Ministerios, Congreso, Municipalidades, Universidades y otras) realizar esfuerzos para avanzar en el envejecimiento saludable de nuestra población. Lo anterior está en el contexto de la “Década del Envejecimiento Saludable” (2021-2030), declarada por la OMS y la ONU.

El envejecimiento de la población mundial exige importantes desafíos para los países y los sistemas de salud. Una respuesta a estos desafíos ha sido la implementación de programas y políticas dirigidas a las personas mayores, bajo la premisa de que estos requieren soluciones personalizadas a sus necesidades. El consumo de alimentos y los patrones dietéticos, en asociación con la actividad física, son mundialmente reconocidos como factores fundamentales para promover un envejecimiento activo y saludable. La nutrición juega un papel fundamental en la modulación del desarrollo de muchos cambios fisiológicos y enfermedades relacionados con la edad. De ahí que, en 1998, el Ministerio de Salud de Chile estableció un programa para personas mayores diseñado para: (i) mantener los niveles de salud y actividad en la vejez, (ii) reducir la morbilidad aguda y el deterioro funcional, (iii) disminuir las desigualdades en salud y (iv) promover una nutrición adecuada de las personas mayores a través de un Programa de Alimentación Complementaria para Adultos Mayores (PACAM).

El PACAM ha entregado alimentos a personas mayores beneficiarias del Sistema Nacional de Servicios de Salud. Lamentablemente, los alimentos entregados por el PACAM son sólo de dos tipos: una sopa en polvo (Crema Años Dorados), que actualmente se elabora con legumbres y harinas de cereales y se enriquece con vitaminas y minerales, y una bebida láctea en polvo (Bebida Láctea Años Dorados), elaborado a base de leche y cereales, fortificado con minerales y vitaminas, y aromatizado con vainilla. Aunque la distribución de los alimentos PACAM por el territorio es exitosa, alcanzando una entrega cercana al 70% de la población objetivo; el efecto real de la ingesta de estos alimentos sobre el estado nutricional de los adultos mayores chilenos no está del todo dilucidado. De hecho, varias investigaciones nacionales indican que estos alimentos no contribuyen a suplir el nivel de micronutrientes y vitaminas en las personas mayores, lo cual es su objetivo principal, por lo que se requiere un rediseño de los alimentos y ampliar la oferta de alimentos.

En Chile, uno de los principales desafíos de los programas de intervención nutricional es impactar positivamente en el estado nutricional de la población objetivo. El diseño adecuado de políticas y programas para las personas mayores debe fomentar un envejecimiento saludable a pesar del aumento de la longevidad. Por ello, el PACAM debe satisfacer las necesidades nutricionales reales de las personas mayores. Acá es donde se hace necesaria la articulación entre los organismos que realizan investigación, mayormente universidades, con el Estado. Desde la academia contamos con el recurso humano, las competencias y la infraestructura para aportar en el análisis, diseño y prototipado de alimentos y su evaluación clínica; por su parte, se deben generar cambios rápidos en políticas públicas al alero de la evidencia científica y trabajar en conjunto con actores relevantes para la mejora en la calidad de vida de las personas mayores.

El abordaje de la compleja problemática del envejecimiento debe involucrar una mirada interdisciplinaria y multifactorial, ya que es un proceso que abarca todo el curso de vida e involucra múltiples dimensiones. La toma de decisiones en el ámbito de las políticas públicas debe basarse en investigaciones pertinentes y relevantes. En una temática tan importante para el país como es el envejecimiento acelerado de la población, las universidades deben asumir un rol de liderazgo; en dicho contexto la creación del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) de las Universidades Estatales, será un aporte interinstitucional e interdisciplinario.

El avance en el logro de un envejecimiento saludable de la población contribuirá a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades crónicas y enfrentar los desafíos que la pandemia COVID-19 ha mostrado, lo que permitiría un ahorro considerable para los sistemas sanitarios.

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