La relación entre la sociedad, la ciencia y la comunidad científica es un espacio en investigadores, comunicadores, artistas y expertos de diversas áreas han experimentado diversos formatos y lenguajes para socializar el conocimiento y promover la valoración de saberes de las ciencias sociales, naturales y exactas. Este camino ha permitido poner la evidencia científica a disposición de la ciudadanía, pero muchas veces, la complejidad de esta información dificulta su apropiación social. 

Las nuevas plataformas digitales han generado una oportunidad para difundir este conocimiento en un lenguaje simple y atractivo para usuarias y usuarios. Y es que las redes sociales han sido cuna para diversos generadores y generadoras de contenido que se dedican a compartir conocimiento, formando una amplia y fuerte comunidad de personas que se fascinan por los logros científicos.

Por este motivo, cada semana de abril destacamos la historia personal y trayectoria científica de tres divulgadores y divulgadoras que han triunfado en redes sociales. Descubre su motivación por divulgar contenido relacionado a las ciencias en esta serie de artículos que publicaremos cada semana en nuestra web.

@DoctorFision

Desde Madrid, España, Doctor Fisión decidió contar por medio de las redes sociales todo el conocimiento que alberga desde pequeño. Doc, como le llaman sus seguidores, es uno de los divulgadores de ciencia más reconocidos de España y su éxito en las plataformas tiene una fórmula simple: ser tal como es como con sus amigos y cercanos.

Así nos revela Doc, quien en un principio intentó ser más serio y académico con su contenido, lo que claramente no pegó en la gente. Entonces fue una amiga quien vio sus primeros videos y le dijo “lo que tienes que hacer es ser tú mismo». Desde entonces, los seguidores comenzaron a subir exponencialmente.

Con sus directos como un contenido propio, Doctor Fisión asombra a usuarios y usuarias de Internet por su capacidad de tener respuestas a cada pregunta que tiene. Y si no la tiene, la busca y aprende en vivo y directo con sus viewers.

Esa cercanía es lo que caracteriza a Doc, cuyo contenido lleva consigo un sello propio que ya es reconocible en todas las redes sociales. De esta forma, Doctor Fisión busca acercar las ciencias y conocimientos a sus miles de seguidores.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

La verdad es que yo siempre he estado muy interesado en la ciencia. Desde bien pequeño me dedicaba a investigar, a ver documentales, a leer libros, abrir juguetes para construir nuevos juguetes, además, me dedicaba a explicarle a todo el mundo cosas de ciencia y me decían que era muy pesado. Lo sé, lo sigo siendo, pero esa fascinación ha venido desde muy pequeño. Nunca hice algún curso o taller fuera de lo escolar relacionado a la ciencia, todo lo que hacía lo hacía en casa, yo nunca estaba quieto, siempre estaba pensando en hacer inventos, en hacer cosas distintas a lo que hace todo el mundo y lo desarrollaba por mi cuenta. Mi padre tenía un pequeño taller de electrónica, y la verdad es que lejos de regañarme o de prohibir, él me daba acceso a todo eso y yo usaba todas sus herramientas y todos sus cacharros para hacer mis propios inventos y aprender. Lo aproveché muy bien. Al final, terminé estudiando en la universidad Ciencia de la Computación y en ese momento no tenía en mente hacer divulgación, yo sabía que me gustaba mucho la informática y programar, que la programación es parte de la ciencia, cosa que algunos no asocian, y desde ahí empecé a desarrollar en lo que estudié.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

La verdad es que tenía muchas ganas de dar a conocer todo lo que estaba trabajando y aprendiendo. Enseñar es algo que siempre he hecho, contarle a la gente que tengo cerca cantidad de cosas de ciencia. Entonces fue una gran motivación poder contarle a todo el mundo con la intención de llegar a la mayor gente posible. Desde un principio hacía divulgación científica y empecé con el boom de Tik Tok, con videos verticales y rápidos donde contaba el conocimiento de forma breve y accesible, y, sobre todo, intentando siempre que fuera muy divertido. Una trayectoria que comencé en noviembre de 2020, y bueno sigo hasta hoy en más plataformas para llegar a más gente.

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

La verdad mi mayor dificultad es que en un principio los videos eran muy neutros, contaban las cosas de una forma muy plana. Y hablando con una amiga, a quien le enseño los videos, y ella en vez de callarse, como suele hacer todo el mundo y decirte solo que están genial los videos, ella me dijo «son una mierda, lo que tienes que hacer es ser tú mismo». Es una persona que me conoce muy bien y entonces me dice «tú eres muy divertido, tu cuentas las cosas de otras formas, ¿por qué no las cuentas igual en tus videos?». Y eso me dejó pensando y el siguiente video que hice fue más como yo soy, para bien o para mal, y a partir de ese momento empezó a funcionar y a ir creciendo hasta hoy. Y mi caso puede reflejar una realidad, la mayoría de la gente que divulga ciencia, sin desmerecer a nadie ni su trabajo porque todo el mundo que está en la tarea de la divulgación hace un trabajo maravilloso, pero normalmente son demasiados serios. Es casi ciencia para científicos, y yo quería hacer ciencia para todo el mundo, accesible y que todos y todas puedan entender. Y sobre todo que sea divertido, para que los y las usuarias pasen un buen rato con el video, que se ría, que sienta una conexión con su vida. Y el cambio para mí fue muy fácil, fue pasar del tono académico a ser yo mismo, a cómo cuento de verdad las cosas a todo el mundo. Si un día alguien me pregunta algo yo le voy a contestar similar a cómo en los videos. Y yo creo que eso conecta con el público porque ven lo que hay detrás que no es alguien que quiere dárselas de listo y decir palabras muy técnicas y parecer que sabe mucho, sino que soy una persona como cualquier otra. Y ese cambio fue mucho más fácil que el hecho de tener que hacer videos más técnico y académico, con un lenguaje más formal, lo de ahora es lo natural para mí. Porque ahora cuento el conocimiento como si hablase con cualquier amigo con el que estoy tomando café.

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

Yo creo que es precisamente esto de lo que estamos hablando. El hecho de que yo cuento cosas muy naturales. Sin artificios, sin palabras raras, para que todo el mundo lo pueda entender. Además, yo creo que soy de las pocas cuentas, por no decir la única, que hace directos de ciencia contestando preguntas de la audiencia sin prepararlas. Tú me preguntas cualquier cosa y yo te respondo, muchas veces de forma acertada, otras pues me equivoco, porque claro, es imposible saberlo todo, aunque intento estar al día en casi todo, pero da igual, porque lo importante no es si me respuesta está acertada o equivocada, lo importante es que juntos en la comunidad aprendemos y cuando hay un error lo corregimos entre todos, investigamos y volvemos a hacer nuevos videos con esas respuestas ampliadas. Pero eso es lo fundamental, que aprendamos todos juntos, y es algo que le da mucho valor a mi trabajo. Un trabajo de verdad, no hay guiones preparados. Hacemos los programas en directo, y se desarrolla entre todos, y creo que ese es uno de los principales valores.

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

La labor académica que hace la comunidad científica es muy importante y debe estar en ese estrato de seriedad, de rigurosidad y de comunicación que es el que hacen hasta ahora. Y luego el hecho de que haya divulgadores que hagan esa ciencia más accesible es siempre un complemento, pero eso no quita que la verdadera importancia está en los científicos y en las universidades o centros de investigación. Al menos yo, personalmente, yo considero que la ciencia no viene de mí, yo solo te cuento lo que se está cociendo, y bueno, yo también tengo mucho contenido que es de elaboración propia, pero nunca es un trabajo de investigación, la investigación es de los científicos, ellos hacen un trabajo que es alucinante y nosotros como divulgadores tenemos que contar ese trabajo y hacerlo visible para todo el mundo. Porque por desgracia, para los medios de comunicación tradicionales no le dan repercusión a estas noticias que son tan importantes y cambian nuestro mundo y día a día.

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

El mensaje no es para los niños o niñas. Todo niño o niña es un científico. Nosotros cuando somos pequeños o pequeñas, somos verdaderas esponjas de conocimiento, los niños y niñas están a cada rato preguntando el qué, por qué, cómo, etc. Somos los mayores los que matamos esa pasión, pues muchas veces dejándonos llevar por nuestro exceso de trabajo, nuestro cansancio, y les decimos cosas como «esa pregunta es una tontería o estoy muy cansado». Yo lo entiendo, eso le pasa a todo el mundo. Pero si nosotros fomentamos esa curiosidad y esas ganas de aprender que tienen los niños y niñas, todas y todas van a crecer amando las ciencias, porque el ser humano es curioso por naturaleza, está en nuestro ADN, nosotros y nosotras como especie somos curiosos y exploradores. Esas son las dos características principales que nos definen. Y no debemos hacer que esa curiosidad se estanque o disminuya, cuando un niño o niña coje un vaso y lo tira al suelo, pues bueno, debemos enfadarnos y decirles «que eso no está bien», pero también debemos comprender que lo que está haciendo es explorar, cómo funciona su mundo, conociendo cómo funciona la gravedad, dándose cuenta cómo funciona la entropía, que ese vaso una vez que se rompe no se puede volver a dejar en su posición original. Entonces, regañar está bien, pero también aprovechar esa oportunidad para explicar y decir «fíjate, ¿sabes lo que ha pasado? Se ha roto ese vaso por esto y por esto y por esto, una vez que se rompe ya no se puede arreglar» y contar ese tipo de cosas. Yo entiendo que es algo muy difícil, muchas veces explicar las preguntas más sencillas como ¿por qué el cielo es azul? que parecen muy sencillas y que cualquier niño o niña puede hacer, que parecen una tontería, pero no lo son y son muy difíciles de contestar. No todos somos capaces de contestar esas preguntas que en apariencia son simples, pero lo que sí podemos hacer es decir «no lo sé, vamos a descubrirlos juntos» y buscar información, enseñarles a encontrar respuestas. Entonces convertimos una oportunidad de solo responder a algo divertido como buscar el conocimiento, explorar la ciencia juntos y aprender juntos. Ese es el mensaje, que los padres potencian a los niños y niñas que tienen curiosidad. 

Puedes conocer más del trabajo de Doctor Fisión en sus redes sociales: Síguelo en Tik Tok (@doctorfision), en Instagram (@doctorfision), en Twitter (@doctorfision), en Facebook (Doctor Fisión) y en Youtube (Doctor Fisión). 

@LaHiperactina

Seguimos conociendo sobre la divulgación científica en España, esta vez en la histórica ciudad de Barcelona, desde donde Sandra Ortonobes Lara ha formado una amplia comunidad interesada en la biomedicina y las innovaciones médicas que desarrolla esta disciplina. 

Y es que de pequeña siempre le ha interesado el cuerpo humano, al punto de leer y ver documentales al respecto para aprender más de nosotros. “Sentía mucha curiosidad por entender de qué estamos hechos y cómo funciona nuestro organismo”, enfatiza Sandra, quien hoy es licenciada en Ciencias Biomédicas por la Universidad de Barcelona.

Pero también realizó un Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental por la Universidad Pompeu Fabra, gracias a su vocación como divulgadora científica que ha realizado en redes sociales. Sandra, más conocida como La Hiperactina por sus seguidores, comunica sobre diversos temas de biomedicina por medio de videos de calidad audiovisual, lo que permite a los y las usuarias entender mejor de estos temas.

Es así como logró ser una referente en España sobre la biomedicina y otras disciplinas relacionadas, compartiendo el conocimiento por medio de estas nuevas plataformas digitales.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

Desde pequeña me interesó todo lo que tenía que ver con el cuerpo humano. Recuerdo leer libros (los de “Érase una vez el cuerpo humano” me tenían fascinada) y ver documentales sobre el tema (mis padres tenían una colección de documentales sobre el cuerpo humano de National Geographic que eran una maravilla). En el colegio, las clases de biología eran mis favoritas. Sencillamente, sentía mucha curiosidad por entender de qué estamos hechos y cómo funciona nuestro organismo por dentro: ¿qué ocurre con la comida cuando la ingerimos? ¿Por qué estornudamos? ¿Por qué tenemos fiebre? ¿Qué les pasa a los astronautas cuando van al espacio? A lo largo de los años compaginé esta fascinación por nuestro organismo por mi gusto por el mundo audiovisual, tanto es así que incluso me apunté a una escuela de cine e interpretación en la que estuve tres años aprendiendo todo lo que pude. Con el tiempo y a medida que tuve que ir eligiendo mi camino (qué asignaturas elegir en el colegio, qué carrera estudiar…) fui centrándome más en las ciencias que en la comunicación. Ahora, gracias a la divulgación, puedo compaginar ambas.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

Comencé a subir vídeos a YouTube sobre biomedicina y el cuerpo humano, en los que trataba temas como ¿qué es el gluten? ¿por qué nos despierta el café? ¿por qué bailamos? ¿por qué nos emborrachamos? ¿Qué es el VIH/SIDA?, etc. Con el tiempo he ido experimentando otros formatos igual de interesantes, como la radio, podcasts, charlas o monólogos científicos. El motivo fue porque hoy muchos utilizamos las redes sociales como forma de comunicación y entretenimiento, especialmente las generaciones más jóvenes. Teniendo en cuenta que vivimos en una época en la que encontramos información (y desinformación) a raudales, me parecía importante aportar información científica rigurosa a las redes a través de la divulgación. Mi objetivo era conseguir que la gente estuviera mejor informada, pero también captar el interés de las personas por la ciencia, es decir, que se lo pasasen bien aprendiendo. A lo largo de mi camino en la divulgación me he encontrado con personas jóvenes que han decidido estudiar Biomedicina gracias al interés que les despertaron mis vídeos, o personas a las que no les gustaban mucho las ciencias en el colegio y, gracias a La Hiperactina, ahora vuelven a sentir interés por ellas. Me parece el mejor regalo que me pueden dar.

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

Sinceramente, lo más importante fue superar la vergüenza y el miedo a la exposición. Ser un perfil público en redes sociales a veces puede ser duro, ya que estás expuesta constantemente a miles de opiniones y comentarios tanto sobre tu trabajo como sobre otras cosas que no tienen nada que ver (tu forma de hablar, tu físico, cualquier cosa), y si no lo sabes llevar, puede terminar afectándote. También es importante saber lidiar con la frustración. Las redes sociales son muy inciertas, están en constante evolución y no siempre funcionan las mismas cosas. Tal vez a día de hoy subas vídeos a YouTube y funcionan muy bien, pero no sabes si será así en un futuro, o si surgirán nuevas redes sociales que tengan formatos diferentes – como TikTok, que nos retó a resumir nuestros vídeos en 1 minuto-. Hay que tener paciencia, pero una vez superas estos obstáculos, la divulgación científica es un trabajo maravilloso y sin duda gratificante.

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

Creo que lo más importante que tuve en cuenta cuando comencé a hacer vídeos era que quería ser natural. Es decir, hablar con soltura, con un tono informal y cercano (siempre manteniendo la rigurosidad, claro). Creo que a veces los medios tradicionales y académicos han transmitido la ciencia con un tono muy serio y formal, algo que no es necesariamente malo. Simplemente opino que la cercanía que transmiten mis vídeos (y los de muchos otros creadores en redes sociales) puede ayudar a que el contenido sea más amigable y capte mejor el interés de la gente por los temas sobre los que hablamos. Para mí es importante poder tratar temas a priori complejos y aun así hacerlo con espontaneidad y humor.

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

Como he comentado antes, sobre la naturalidad y de la cercanía que transmiten este tipo de contenido, y es que somos muchos los que utilizamos redes sociales, lo cual ofrece una oportunidad perfecta para divulgar en estos medios. Cuanta más gente de la comunidad científica se sume, mejor.

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

Sinceramente, que hagan lo que les apetezca. A veces nos sentimos presionados a elegir ciertos caminos, pero es importante escucharnos a uno mismo para comprender qué es lo que se quiere hacer de verdad. Y si nos equivocamos, no pasa nada: siempre podemos elegir otro camino y volver a empezar. Por ejemplo, mi carrera (Ciencias Biomédicas) estaba muy enfocada al trabajo en un laboratorio como salida profesional, y en su día sentí la presión de dedicarme a la investigación al terminar mis estudios, a pesar de que no era la opción que más me atraía. Finalmente elegí un camino menos común, pero que me atraía mucho más: la divulgación científica. Y no me arrepiento nada.

Puedes conocer más del trabajo de Sandra Ortonobes Lara en sus redes sociales: Síguelo en Tik Tok (@lahiperactina), en Instagram (@lahiperactina), en Twitter (@lahiperactina), en Facebook (La Hiperactina) y en Youtube (La Hiperactina). También te invitamos a conocer su primer libro publicado: “¿Qué puede salir mal? Cómo sobrevivir a un mundo que intenta matarte”.

@OigaProfe

El trabajo de un profesor se guía por la enseñanza. Y si bien hoy por hoy Luis Catalán Martínez (33 años), de Santiago de Chile, no trabaja en ningún colegio o liceo, sigue enseñando no solo a niños y niñas, más bien a jóvenes que se interesan sobre su contenido relacionado a lenguaje y otras ciencias sociales.

Y es que “Oiga, Profe” fue una frase que tantas veces la escuchó en sus clases que decidió patentarlo como su nombre de divulgador y comunicador de conocimiento en redes sociales. Lo puedes encontrar en Tik Tok, en Instagram, hasta en Twitter y su característica forma directa de comunicar su contenido será familiar.

Luis siempre fue muy curioso de saber cómo funcionaban las cosas de su alrededor, y en un intento de no dejar que la cesantía lo consumiera, decidió ser más activo en las redes sociales compartiendo videos explicativos.

Las salas de clases son cada vez un destino más lejano, hoy con su celular en mano continúa publicando contenido relacionado a la educación, el lenguaje y otras disciplinas de las ciencias sociales.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

La verdad alguna vez hice esta idea de hacer clases a mis primos, me acuerdo, y es que yo siempre fui muy curioso, como muy ‘perno’. Y todo esto partió con el tocadiscos de mi abuela, mi mami como le digo, con quien yo vivo desde que soy chiquitito y a mí me saltó la duda de cómo en un disco podía salir música. Esa fue como la primera pregunta que yo me hice, no entendía el cómo era posible que un disco estuviera tocando música. Y gracias a los recursos que teníamos en mi familia, nunca se me frenó esa curiosidad, entonces mi mami era muy de comprar el diario y esos traían fascículos de enciclopedia, y ahí comencé a coleccionar esas enciclopedias. Me gustaba mucho la paleontología, el cuerpo humano, las ciencias, de hecho, yo pensaba que iba a estudiar medicina en la enseñanza media. Eso nunca se apagó y siempre tuve a alguien alrededor mío que me incentivaba a que yo me hiciera preguntas. Tanto así que, imagínate que hasta hoy mis abuelos tienen una brecha tecnológica grande, pero hicieron todos los esfuerzos para que yo tuviera un computador cuando era chico y como no había Internet todavía, yo me leí toda la encarta, ese era mi pasatiempo, yo llegaba del colegio a leer la encarta, a leer cómo funcionan las cosas. Me gustaba mucho eso, entender cómo funcionaba la máquina de coser, por ejemplo, el microondas, el televisor. Tratar de entender el entorno, y es algo que no he perdido hoy, me gusta cómo entender las cosas y ahora colecciono los discos de vinilo por gusta, y me da gusto ver el funcionamiento del tocadiscos. Y eso tiene que ver con la curiosidad que tengo, a pesar de que entiendo su mecanismo, siempre queda un deje de magia en esta tecnología. En el colegio yo había escogido la especialidad científica, pensaba que los humanistas eran bien flojos, era un prejuicio y ahora yo soy profesor de lenguaje. Elegí ciencia y a pesar de que a mí me iba muy bien en la escuela debo admitir que no me dio el puntaje de la PSU para estudiar medicina, que era lo que quería. Tuve una pequeña crisis en tercero medio y una orientadora me ayudó mucho señalándome que yo tenía un perfil para la vocación de servicio y servicio público. Me mencionó varias carreras, entre ellas pedagogía, pero yo entré a estudiar literatura y ahí aprendí muchas habilidades que me hicieron enamorarme de esta área del conocimiento.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

Por la pandemia y post Estallido Social me quedé sin trabajo y me costó encontrar uno nuevo, y yo no podía estar con esa sensación de encierro y estático. A mí me gusta mucho hacer clases, y la carrera que escogí es la correcta para mí, me llena. Y sentí la necesidad de moverme, de hacer que el conocimiento se moviera. Me acuerdo de que se viralizó un video de una profesora que decía que debía haber radios y canales de televisión educando. Yo le encontré razón, pero de ahí a que el gobierno lo haga van a salir pajaritos nuevos. Y ahí empecé a hacer contenido, cuando una amiga me dio la idea de comenzar en YouTube, en abril de 2020. Y al principio fue bien lento, ya que esa plataforma es bien lenta para crecer, además todo el trabajo de grabar y editar para poder subir un video. Y justo estaba popular Tik Tok y me metí a esa red social, y descubrí que había mucho contenido sobre «sabías que» y yo lo encontraba super aburrido, porque eran como unas clases de colegio. Así que pesqué Tik Tok e hice un video sobre la importancia de la educación de parvulo. No se viralizó, pero sí tuvo muy buena acogida de las y los educadores de párvulo que nunca son nombrados. Y ahí empecé a ver muchos videos de divulgadores de contenido y yo siempre pensé en darle un plus más allá. Y el primer video que pegó en Tik Tok fue en el que yo señalé de que las tareas de escuelas no servían para nada. Y quedó la escoba, discusiones entre profesores, estudiantes, apoderados y apoderadas. Y luego con la convención saqué este video sobre que la hija de una de las convencionales que está en contra de la educación gratuita estudia con una beca que le cubre los costos universitarios. Y ahí fue como se forjó el perfil de Oiga Profe, cómo hablar de educación, pero no solo de contenido, sino entender lo que es la educación y relacionarlo mucho con las políticas públicas. Y yo creo que por un lado es súper nutritivo que los divulgadores tomen una posición. Algo que ha debilitado e invalidado popularmente a la academia es que siempre es lejana a la gente. Las ciencias no son neutras, estas se construyen desde una posición, ya sea económica, academicista, filosófica e incluso religiosa. Se entiende que la ciencia y conocimiento puede venir desde muchas posiciones, pero lo importante es que se transparente eso.

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

El primer obstáculo es la vergüenza. Yo igual era medio payaso al momento de hacer clases, pero cuando hice el primer video cuando yo hablo de los argumentos, que fue un video muy serio que no haría hoy en día, me dio mucho «cringe» (vergüenza ajena), como dicen los niños y niñas. Y me decía que no podía hacer estas cosas. Y también me daba vergüenza y extrañeza hablarle al celular. Lo segundo que tuve que superar fue el tema de la exposición, detrás de estas cuentas hay mucho hate (odio), aparece mucha gente odiosa. Entonces cuando mis cuentas empezaron a crecer, no sé cerca de los cinco mil seguidores y ya desde ahí me empezaron a llegar comentarios sobre mi físico, en ese entonces mis dientes los tenía chuecos y estaba con un tratamiento dental, y la gente atacaba a mi apariencia, no al contenido. Y fue muy difícil superar el impacto emocional que tiene eso, es terrible que te ataque de esa forma. Y la tercera, que ha nacido últimamente, es el tema de que, bueno ahora trabajo como asesor en la convención constituyente quizás no es tanto problema, pero el buscar la reinserción laboral al mundo de los colegios se ve cada vez más difícil. Siento que cuando voy a entrevistas, se meten a mis perfiles y eso marca un antes y un después. A estas instituciones no les gusta la sobre exposición, hay contenido que puede ser visto como muy agresivo y yo lo acepto, es algo que tengo que seguir mejorando. Pero siento que me aleja del aula, aunque llegó de otras formas, tengo colegas que me comentan que usaron un video mío para enseñar algo. Y bueno, este riesgo de no poder volver a ser docente en algún establecimiento es algo que tengo que asumir, pero que nunca lo tomé en cuenta al comenzar estas cuentas de divulgación.

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

Esto es lo que me han dicho otros colegas que andan haciendo este tipo de contenido. Ellos me dicen que yo me atrevo a decir cosas que ellos no. Que tiene que ver con las relaciones laborales, como transparentar el rol laboral, el tema de las relaciones de poder y de las relaciones de academia con la educación. Entonces, tengo muchos colegas que me mandan solicitudes para hacer contenidos. Y me piden que no señale que ellos me lo pidieron por miedo a represalias. Ese pavor yo no lo tengo, claro me encuentro sin trabajo por eso no temo a que me despidan, por ejemplo. Pero mi plus es que soy ese profe que dice las cosas sin miedo. También me han comparado mucho con Merlí el de la serie catalana española, o este estereotipo de profesor que quiere dejar la escoba en el colegio. Estoy encargando al profe que dice las cosas nomás, que no tiene miedo a que le debatan, a equivocarse, yo me he equivocado bastante en muchos videos, no los elimino, pero si pido las disculpa o anclar el comentario para que la gente sepa sobre el error. Es como que el plus de mi cuenta tiene que ver con ir más allá del aula, más allá del sistema y ser ácido. Y darle un carácter humano, ser un divulgador con posición. A la pedagogía le hace muy mal gente que no sea capaz de defender una posición. Y yo me muestro honesto, como soy y te digo cómo son las cosas o al menos así las estoy viendo.

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

Cuando se popularizó Internet, el reclamo de la academia era de que ya no iba a tener sentido ir a la universidad, que el Internet iba a matar a la lectura, que el Internet iba a matar los libros. Y una de las cosas que hizo Internet fue democratizar la información. Es decir, yo para leer una ley ya no tenía que pedirle a un abogado o un político que me ayudara, sino que yo mismo podía ir a la fuente, descargarla y verla. Lo mismo pasó con la literatura, algunos se preocuparon por los derechos de autor, bueno, hoy por hoy existen Netflix de lectura, varias plataformas para que la gente lea libros. Entonces, al final lo que hace la tecnología, cuando está bien encauzado el tema de la divulgación, es democratizar el acceso a la información. Entonces, las redes sociales están pasando por lo mismo, pero también por su naturaleza moldeable tienen el problema que, a la par que se divulga información, también se divulga desinformación. Pero ese es el desafío, yo agradezco que las redes sociales nos tengan en crisis, porque demuestra que en 20 años de educación digital la gente aún no puede diferenciar entre lo que es real y no. Las redes sociales y aquellos que tomamos esta pista de querer divulgar información y de debatir conocimiento tenemos la noble tarea de hacer contrapeso a la cantidad enorme de basura que hay en Internet. Creo que eso es un tremendo aporte, democratizar el acceso a la información. Hoy uno tiene cuenta en todas las redes sociales y por ende llegas a distintos grupos etarios, por lo que más aún profundizamos esa democratización. Ahora cualquiera que quiera puede hacer contenido si se lo toma en serio y no necesita un nivel de producción audiovisual profesional, sino con que lo haga honestamente ya marca una diferencia gigante.

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

Yo les diría a todos los niños, niñas y adolescentes, porque yo soy profesor de educación media, hoy el conocimiento no está en el dato duro, muy pocos serían capaces de recitar todos los presidentes de Chile, ¿Eso sirve realmente de algo? Yo francamente te digo que no, y para eso existe Google. Pero es distinto saber qué presidente reformó la educación, o qué presidente dijo «Gobernar es educar», ya eso es un dato concreto, y hasta puedes no saber su nombre, pero si tienes que aprender a relacionar la información. Y esa frase, por ejemplo, de Pedro Aguirre Cerda tiene que ver con un contexto post revolución industrial, tiene que ver con un contexto de alto nivel de analfabetismo. Chiquillos y chiquillas, la gracia de aprender no es memorizar datos, es aprender a relacionar esos datos, a reinterpretarlos, a reconstruirlos en muchos casos. Yo soy uno de los convencidos de que las personas capaces de aprender más que memorizar son las personas que dominaran el mundo. Cuando hablamos de innovación es tomar nuestro contexto, tomar lo que hay, ver las necesidades actuales y transformar hacia adelante. Por ejemplo, vamos a necesitar más electricidad para desarrollarnos como país, por supuesto, quizás el triple de hoy, pero la que conseguimos actualmente se genera por fuentes fósiles y sabemos que eso hace daño a nuestro planeta. Entonces ¿Qué hacemos? A quién se le ocurre cómo lograr ese objetivo cambiando lo que ya hay, ese es quien podrá manda en el nuevo mundo. 

Puedes conocer más del trabajo de Luis Catalán Martínez en sus redes sociales: Síguelo en Tik Tok (@oigaprofe), en Instagram (@oiga_profe), en Twitter (@oiga_profe), en Facebook (Oiga, Profe) y en Youtube (Oiga, Profe!).

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