“El camino del oro chilote” es el nombre de uno de los capítulos del libro ilustrado “¿Cómo se formó? Chiloé. En busca de la historia geológica del archipiélago”, publicación que invita a develar los secretos de estas islas, ricas en mitos, leyendas y -ahora también sabemos- tesoros geológicos.

Jugando con la metáfora de una “libreta de terreno”, en once capítulos el libro presenta de manera cercana y amable contenidos que hacen viajar en el tiempo, explican conceptos técnicos, muestran cómo se formó el planeta o cuáles son las rocas más antiguas de Chiloé. También nos habla de fósiles, dunas, de las razones detrás de la geografía del archipiélago y entrelaza la mitología chilota con la historia geológica, por ejemplo, a través la leyenda de Cai Cai y Ten Ten Vilú y los grandes terremotos y tsunamis que han sacudido a ese territorio.

La publicación es uno de los 36 proyectos financiados a través del concurso Ciencia Pública del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y a juicio de su directora, la geóloga Melissa González Subiabre, uno de los aspectos más interesantes del libro es que presenta de manera amigable y compilada, información sobre la evolución geológica que ha tenido archipiélago en el tiempo.

“No es que no exista información sobre Chiloé desde la geología, pero está desagregada, no había nada que armara el puzle. Por eso nuestra intención es compartir cómo se formó en nuestro propio idioma, que se pueda usar como un recurso educativo en las escuelas, pero que también ayude a los operadores turísticos a enriquecer su relato”, acota.

El proyecto del libro cuenta con el apoyo de instituciones asociadas como la Universidad Austral de Chile, la Sociedad Geológica de Chile, Municipalidad de Quinchao, Liceo Ramón Freire de Achao y la Red de Bibliotecas Públicas de la Región de Los Ríos.

Los 2000 ejemplares impresos a través del proyecto se distribuirán en escuelas y bibliotecas de la Región de Los Lagos. A través de sus cuentas en Facebook o Instagram @chiloegeologico/, informarán cuando esté disponible la versión digital.

Una invitación a explorar

En el marco del proyecto, el libro se orientó a adolescentes de entre 14 y 17 años, pero la geóloga aclara que ha llamado la atención a otros públicos, de mayor y menor edad, y también de estudiantes de pregrado de geología.

A través de sus páginas presenta diversos recursos para incentivar a hacerse preguntas y explorar el entorno. Entre ellos, fotografías actuales de lugares significativos en la geología de la Isla de Chiloé, un mapa que indica zonas representativas para entender la formación del archipiélago y actividades prácticas que ayudan a comprender los conceptos técnicos.

Melissa González comenta que fueron muy “busquilla” para definir qué actividades incluir. Crearon algunas, adaptaron otras e invitaron a niñas, niños, adolescentes y profesores de la isla a proponer el tipo de actividades que les gustaría realizar (individuales, en grupo, dentro o fuera de la casa o escuela, etc.).  Y es que el interés del equipo del proyecto era ofrecer una experiencia, no que hagan una tarea, para que vayan apropiándose del conocimiento, desarrollando su observación y curiosidad. 

Interés por la geología

Todo comenzó cuando una estudiante de geología visitó el liceo donde Melissa estudiaba en Achao en Chiloé. Les habló de la carrera, del trabajo en terreno, y ella llegó entusiasmada a contarle a su hermano Guido -su compañero de aventuras en la isla y hoy director alterno del proyecto- que trabajar como geólogo era “estar viajando”, y los dos se entusiasmaron con la carrera. Pero al parecer la conexión laboral de su familia con el área de la salud primó en su decisión y entró a Enfermería, “aunque tenía súper claro que no me gustaba trabajar en algo encerrada”, confiesa.

Al año siguiente su hermano salió del liceo y se trasladó a Antofagasta a estudiar Geología y a medida que compartía sus vivencias universitarias con Melissa, ella más se enamoraba de la carrera, hasta que dejó Enfermería e ingresó a Geología en la Universidad Austral.

Hoy, Guido estudia un doctorado en hidrogeología en España y Melissa se dedica a la divulgación de la ciencia. Cada uno desde sus ámbitos, esperan aportar al conocimiento y cuidado del archipiélago de Chiloé.

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