Por Rodrigo Tapia, jefe de la División Ciencia y Sociedad del Ministerio de Ciencia.

Una de las características inherentes al ser humano es la curiosidad, esa necesidad imperiosa de explorar y comprender lo que vemos e incluso lo que no vemos. Una búsqueda incesante de explicaciones que propició la creación de mitos, leyendas y de las religiones. De esa misma curiosidad nace la ciencia, una forma sistematizada de generación de conocimiento que busca explicar los fenómenos naturales y sociales de nuestro entorno.

El conocimiento y la comprensión del entorno no solo son útiles para el desarrollo de las sociedades, si no que también son esenciales para el bienestar de las personas y para la toma de decisiones. Comprender el mundo en el que vivimos es una necesidad a la que nos enfrentamos colectivamente cada uno de nosotros, todos y todas. En el escenario actual la pandemia, la desigualdad y los efectos del cambio climático son desafíos urgentes y de una complejidad sin precedentes ¿Cómo enfrentamos problemas que no entendemos?

La investigación científica ha producido una enorme acumulación de conocimientos, que si bien no pueden por sí solos resolver todos nuestros problemas, son esenciales para comprender y abordar los fenómenos a los que como humanidad nos vemos enfrentados. Pero tal como la palabra acumulación sugiere, la distribución y el acceso a estos conocimientos es desigual.

Si bien la comunicación y la divulgación científica son las principales herramientas para acercar el conocimiento de manera atractiva, sencilla y accesible, la verticalidad, tradicionalmente inherente en la entrega de saberes desde especialistas hacia el público, limita su efectividad. No es suficiente hacer accesible la información científica, las personas necesitamos participar, explorar, experimentar y hacer propio el conocimiento para satisfacer nuestras curiosidades.

Para contribuir a enfrentar esta problemática, el Ministerio de Ciencia creó la División Ciencia y Sociedad, cuyo objetivo es promover la socialización del conocimiento. Para esto, a través del programa Explora, enfoca el trabajo en la Investigación e Innovación Escolar, donde son las y los estudiantes quienes plantean sus preguntas a partir de la observación de su propio entorno, incentivando trayectorias científicas y el acceso a la universidad a través del cupo Explora-UNESCO. Por otra parte, con la creación del programa Ciencia Pública, busca promover el desarrollo de experiencias memorables en espacios públicos regionales y la generación de conocimiento local desde las comunidades, organizaciones sociales y juntas de vecinos.

La socialización del conocimiento busca integrar la generación y apropiación de éste como una práctica cultural accesible, y para esto, el rol del Ministerio y del mundo académico, artístico y cultural es clave. Asumimos este desafío como el primer eje de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, por que es un paso vital para contribuir al bienestar de las personas y al desarrollo sostenible del país.

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